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¿Qué es la literatura gótica?

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      Para quienes me leen desde hace tiempo, no es ningún secreto que la literatura gótica es uno de mis géneros literarios preferidos. Considero que encapsula a la perfección los mejores elementos de las historias de ficción del siglo XIX y siempre consigue transportarnos a un universo muy singular, casi onírico, donde las peores pesadillas se desarrollan con insospechada naturalidad. Pero cabe preguntarse: ¿Qué es exactamente la literatura gótica?

Características de la literatura gótica

      Cuando nos referimos a la literatura gótica, estamos hablando de un tipo de ficción que utiliza el miedo y lo inquietante de manera estética, presentando una atmósfera donde los sobrenatural aparece como una amenaza latente y donde las vidas de sus protagonistas se ven perturbadas por la intrusión del pasado sobre el presente. 

      En dichas historias, el espacio físico sirve como permanente recordatorio del poder destructivo del tiempo: castillos dilapidados que alguna vez vivieron un próspero esplendor, ruinas de civilizaciones destruidas, jardines marchitos que alguna vez estuvieron plagados de flores y demás elementos que exhiben una noción de decadencia y extinción. También es muy común encontrar narraciones que transcurren en abadías, monasterios, conventos, criptas, mausoleos y cabañas aisladas del resto del mundo, ya que el aspecto claustrofóbico que proporcionan se presta a lo siniestro de sus tramas. 

      En cuanto a los temas de la literatura gótica, ésta suele explorar la muerte (por enfermedad o asesinato), la venganza, el desamor que conduce al suicidio, la revelación de secretos familiares turbulentos, los conflictos psicológicos y las perturbaciones del carácter. 

    Sus historias frecuentemente se desarrollan en paisajes nocturnos, asediados por tormentas eléctricas, donde el frío y la desolación de la naturaleza logran hacer mella en la psicología de personas sensibles y traumatizadas.

Desarrollo del género

      Así como el Romanticismo emergió en Europa como una evolución del Sturm und Drang alemán, el género gótico surgió como un descendiente directo del movimiento romántico en Inglaterra. 

      La primera novela que sentó las bases del estilo fue "El castillo de Otranto" de Horace Walpole (publicada en 1765). En ella, el autor introduce muchos de los elementos arquetípicos del género: un castillo en ruinas asediado por fantasmas, una familia caída en la deshonra que busca recuperar su honor y el regreso de los traumas del pasado para atormentar a los habitantes actuales del castillo. El término "gótico" se le aplicó de manera satírica a esta historia, haciendo referencia a su característica "barbárica" que se derivaba directamente de la Edad Media.

    Autores como Mary y Percy Shelley embellecieron el estilo llenándolo de poesía e introspección, estableciendo el núcleo de inspiración para quien se transformaría en el gran maestro del género en Norteamérica: Edgar Allan Poe. Con un talento narrativo extraordinario, Poe logró desarrollar la literatura gótica explorando temas como el trauma psicológico, las enfermedades mentales, las maldades innatas del hombre y los horrores terrenales y espirituales de lo macabro. Fue enormemente influyente en generaciones enteras de escritores, especialmente a partir del siglo XX, que incorporaron más elementos sobrenaturales y fantásticos en sus narraciones. 

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Autores principales

     Algunos de los autores góticos tempranos más influyentes del siglo XVIII fueron Ann Radcliffe (Los misterios de Udolfo, 1794), Matthew Lewis (El monje, 1796), Horace Walpole (El castillo de Otranto, 1765), Friedrich Schiller (El visionario, 1789) y Charles Brockden Brown (Wieland, 1978). 

     En cuanto al siglo XIX, el período de mayor desarrollo y popularidad del género, encontramos a Mary Shelley (Frankenstein, 1818), Sir Walter Scott (La hija de la niebla, 1829), Henry James (Otra vuelta de tuerca, 1898), Nathaniel Hawthorne (La casa de los siete tejados, 1851), Robert Louis Stevenson (El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, 1886), Bram Stoker (Dracula, 1897), Sheridan Le Fanu (Carmilla, 1872), Edgar Allan Poe (Cuentos de lo grotesco y arabesco, 1840) y Emily Brontë (Cumbres borrascosas, 1847).

    Durante el siglo XX, el género gótico adquirió interesantes variaciones y modernizaciones de la mano de autores como Daphne du Maurier (Rebecca, 1938), Gaston Leroux (El fantasma de la ópera, 1909), Susan Hill (La dama de negro, 1983), Shirley Jackson (La maldición de Hill House, 1959), Anne Rice (Entrevista con el vampiro, 1976) y Stephen King (El resplandor, 1977). 

        Además, éste fue el período de aparición del subgnéreo del Gótico Sureño Americano, un conjunto de obras literarias que combinaban elementos góticos con la identidad cultural del Sur estadounidense. En dichas historias, se exploran las vidas de personajes defectuosos, perturbados o excéntricos caídos en la pobreza, la alienación, el crimen y la violencia. El trauma intrafamiliar es la temática predilecta de los autores góticos sureños. Entre ellos, encontramos a Flannery O'Connor (Sangre sabia, 1952), Cormac McCarthy (Hijo de dios, 1973), William Faulkner (El ruido y la furia, 1929), Tenessee Williams (Un tranvía llamado deseo, 1947), Truman Capote (Otras voces, otros ámbitos, 1948) y Toni Morrison (Beloved, 1987).

Influencias en la literatura actual

          A pesar de que aún existen escritores interesados en explorar y expandir este género literario (quien esto escribe sería un ejemplo concreto), en la actualidad el gótico ya no goza del atractivo y la popularidad que tenía para las generaciones pasadas. Con el auge editorial de la ficción de género, los elementos que han sobrevivido de él han sido adaptados y reutilizados de distintas maneras. La ficción gótica introdujo al mundo literario el profuso uso de fantasmas, espíritus y seres sobrenaturales que continúan utilizándose en la ficción paranormal moderna. Además, su atmósfera de suspenso e intriga sentaron las bases para el surgimiento de la ficción de terror y el suspenso propio de la novela negra. Por último, la intrusión del pasado sobre el presente halló tierra fértil en las sagas familiares modernas, donde el trauma intrafamiliar se explora en ámbitos de carácter más realista pero sin renegar del shock y la experiencia sensorial que fue tan típica de este tipo de ficción.

     En lo personal, pienso que la literatura gótica posee un atractivo único que merece ser valorado por todo amante de las historias de ficción. Nos permite conectarnos con el lado más oscuro de nuestra propia psíquis, tiene un carácter existencial muy terapéutico y es capaz de crear visiones que, a pesar de su naturaleza grotesca, poseen una belleza innata que resulta inigualable.

      ¿Cuál es tu novela gótica preferida? Contame en los comentarios :)

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  • SOBRE EL AUTOR
      Mi nombre es Rodrigo. Soy un escritor independiente Argentino, apasionado por contar historias y compartir reflexiones. Si bien mi campo predilecto es la ficción, en este blog les hablo sobre todo lo que pasa por mi cabeza: mi vida, mis experiencias, mis visiones del mundo y mi proceso creativo. Escribo desde chico ficción contemporánea y ficción gótica. He publicado relatos cortos y novelas que están disponibles para lectores de todas partes del mundo. A través de este blog, espero ayudarte a encontrar tu próximo libro favorito.

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